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  • La planta de Bogatell será la tercera instalación enmarcada en la red de calor y frío impulsada por Districlima y el Ayuntamiento de Barcelona
  • Las obras suponen la primera de cuatro fases previstas y contará con una inversión de 44,13 millones de euros y una potencia generadora de 21MWf
  • La nueva instalación estará soterrada para minizar el impacto en el entorno

 

Madrid, 22 de abril de 2024 – Districlima, sociedad dedicada al desarrollo de la red urbana de distribución de calor y frío en el ámbito del Consorci del Besos y del Poblenou de Barcelona, ha obtenido la licencia para iniciar las obras de la primera fase de la Central de Bogatell, la nueva planta de generación de frío de alta eficiencia energética en Barcelona. Tras la finalización de la primera fase, cuya duración estimada es de un año y medio, la Central de Bogatell contará con una potencia frigorífica generadora de 21MW. Además, con el objetivo de minimizar el impacto sobre los vecinos y el resto del entorno, la nueva instalación estará soterrada.

La Central de Bogatell es la tercera planta que se construye en el marco de la red de calor y frío de Districlima, tras otras dos instalaciones ubicadas en zona Fòrum y el Distrito 22@. Este proyecto de red de calor y frío destaca por su contribución a la estrategia de eficiencia energética que desde hace años está llevando a cabo la ciudad de Barcelona, junto con otras actuaciones.

Los trabajos que se inician ahora forman parte de la primera de las cuatro fases de las que se compone el proyecto: dos fases antes de 2032, y dos fases posteriores. Al completar las cuatro fases del proyecto, la Central de Bogatell contará con una capacidad de 56 MW frigoríficos –42 MW en producción directa y 14 MW por almacenamiento.

La nueva planta, que se ubicará en Poblenou, contará con una inversión de 44,41 millones de euros para esta primera fase. Además, cuenta con una subvención de 2,4 millones obtenida en la convocatoria de ayudas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de julio de 2022 para incentivar iniciativas de redes de frío y calor por encima de 1 MW.

El proyecto permitirá ampliar en un centenar el número de edificios conectados a la red de calor y frío de Districlima. En concreto, la tecnología pasará de estar disponible en los 180 edificios actuales a 240 en 2032. En esta línea, se calcula que la superficie climatizada prácticamente se duplicará, pasando de entorno a los 1.700.000 m2 actuales a 2.496.494 m2, una superficie que equivale a 250 islas del Eixample. En términos de reducción de emisiones, se prevé que la puesta en marcha de la tercera central permita ahorrar hasta 417.276 toneladas de CO2 entre 2025 y 2032.

Districlima es una sociedad privada con participación pública creada en 2002 para llevar a cabo, por primera vez en España, una red urbana de distribución de calor y frío para destinarla a calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. El proyecto nació en Barcelona como una respuesta al objetivo de la Administración de implementar un nuevo modelo de desarrollo urbano de primer nivel, con un compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. La primera planta se ubicó en la zona Fòrum y en 2005 se amplió al distrito tecnológico del 22@, convirtiéndose en la red de calor y frío más grande del Estado y del sur de Europa. En la actualidad, Districlima cuenta con una extensión de más de 25 kilómetros. Solo en 2023, Districlima evitó la emisión a la atmósfera de 32.533 Tn de CO2, equivalentes a retirar de la circulación unos 47.000 vehículos. El proyecto está impulsado en la actualidad por cuatro socios: ENGIE, TERSA, AGBAR y el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).

 

Evolución hacia una energía urbana sostenible

Frente a los desafíos energéticos actuales de las ciudades, que buscan adoptar prácticas más sostenibles, las redes urbanas de frío y calor emergen como pilares esenciales en el progreso hacia una transición energética efectiva. Su desarrollo posibilita no solo la climatización de espacios y el suministro de agua caliente de uso doméstico, sino que también responde de manera eficaz a demandas energéticas diversas.

Con un historial consolidado en el norte y centro de Europa, estas redes demuestran una superioridad en términos de eficiencia energética en comparación con soluciones individuales como las calderas o sistemas de aire acondicionado, alcanzando un ahorro energético del 30%. Las ventajas son notables e incluyen la optimización del espacio, la reducción de la inversión inicial y los costes de mantenimiento para los usuarios, así como una notable disminución de ruidos, vibraciones y, lo más importante, de la huella de carbono.

Así, estas estructuras juegan un rol crucial en la estrategia de las ciudades para descarbonizar aspectos fundamentales como la calefacción, la refrigeración y el suministro de agua caliente, promoviendo un modelo de gestión energética a nivel de barrio o ciudad entera más eficiente y sostenible.

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